Cuando la Sombra esta pequeñita intenta imitar a las que la rodean para pasar desapercibida (Pero no le sale muy bien)
Sombra pequeñita no se da cuenta, en su afán, que todas intentan hacer lo mismo:
Esconder estos cinco ojos
Ocultar estas ramas que llegan hasta el cielo
(Que nadie sepa que me gustas tú)
Que nadie note que estoy emparamada de tanto llorar.
Y entonces alguien le dice sombra a Sombra (Y ella llora)
Pero no sabe que Cinco Ojos es sombra (Y también llora)
Y aunque Sombra pequeñita le quiere pinchar sus cinco ojos recuerda que la última vez que se miró en el espejo se encontró quince redondos y profundos ojos de aves. Así, que para no levantar sospechas pues su color oculta bien tantos ojos, Sombra pequeñita se queda en silencio junto a la sombra de un árbol.